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  • promethazine hcl Adriana Kanzepolsky emple la met fora del

    2019-04-15

    Adriana Kanzepolsky empleó la metáfora del dibujo para insinuar la dimensión creativa de la selección editorial de los origenistas en su estudio Un dibujo del mundo. Extranjeros en Orígenes. Kanzepolsky describió cómo se modeló un esquema del mundo según los criterios de los colaboradores de una empresa que se caracterizó por buscar intercambios fuera de Cuba. Como el proyecto estudiado por Kanzepolsky, los otros medios que abordé fueron empresas literarias con tendencia promethazine hcl buscar intercambios culturales, guiados por el universalismo o el cosmopolitismo. Cada proyecto buscó alianzas y propició, por medio de la traducción y la crítica, la circulación de diversos autores. Al seguir con la misma metáfora de Kanzepolsky es posible afirmar que los trazos que definieron cada uno de los dibujos del mundo de Sur, Orígenes, Mito y Ciclón fueron distintos y dependieron de diversas formas de entender el sentido de los intercambios culturales, bien fuera en términos universalistas o cosmopolitas. Con esta comparación se mostraron las variaciones en las concepciones del universalismo y cosmopolitismo, así como la forma como estas nociones movieron políticas editoriales de diversas empresas culturales.
    Introducción
    ¿ Y si digo populismo? Populismo es, quizá, el concepto que con más particularidad y persistencia se ha utilizado para describir y analizar (y evaluar) la política en América Latina. La emergencia de fenómenos políticos que desafiaron las categorías tanto de la sociología política como de la ciencia política -que además estaban en un proceso de incipiente consolidación— invocaron el uso de un concepto disponible pero construido al calor de los debates sobre las realidades sociopolíticas en Rusia o en Estados Unidos de fines del siglo xix y desde su inicio generó controversias sobre su alcance. Sebastián Barros identifica cuatro momentus en la literatura latinoamericana sobre el populismo. El primero está constituido por los trabajos clásicos de Gino Germani y Torcuato Di Telia. El segundo está conformado por las primeras críticas al enfoque inicial en el que se destacan las intervenciones de Octavio Ianni y Francisco Weffort, y en el cual también podríamos incluir a Thalassemia Enzo Faletto, así como estudios sobre América Latina producidos en Estados Unidos. En cierto modo como corolario de esta primera etapa se derivaron algunos trabajos teóricos que procuraban una conceptualización del populismo en otra escala como los de Ernesto Laclau y Margaret Canovan, respectivamente. Si bien es cierto que en los años ochenta pueden encontrarse trabajos sobre el tema, en su mayoría, éstos se enfocaban en lo que, según Drake, podemos llamar la autopsia del problema en un contexto dominado por la doble transición de los años ochenta en la región. La emergencia de fenómenos políticos tildados como “neopopulistas” en los años noventa, que implementaron reformas económicas de signo contrario a los populismos clásicos, provocaron la restitución del uso y el debate en torno al concepto de populismo (tercer momento para Barros). Autores como Viguera, Nun, Novaro, Roberts, Weyland, Knigth, Quijano, De la Torre, entre tantos otros, discutieron la utilidad de los conceptos de populismo y neopopulismo para dar cuenta de los procesos políticos encabezados por Carlos Menem (Argentina), Fernando Collor de Mello (Brasil), Alberto Fujimori (Perú) y Abdalá Bucaram (Ecuador). Hacia finales del siglo xx y principios del siglo xxi un nuevo ciclo político sacudió la mesa de debate que todavía estaba caliente y resituó el concepto de populismo (ahora como radical o del siglo xxi) para referir los procesos de Venezuela, Argentina, Ecuador y Bolivia, fundamentalmente. En esta nueva arena controversial participaron muchos de los autores que habían debatido sobre la conveniencia del uso de populismo y del neopopulismo como Weyland, Roberts, Novaro, De la Torre y Ellner. La tarea de muchos de estos trabajos era doble, por un lado, ensayar alguna definición de populismo y, por otro, evaluar la relación de los procesos “populistas” con la democracia.